viernes, 25 de abril de 2014

Eros es in verbo

-Te quiero con todo mi corazón.-
-No seas ridículo. El corazón tiene poco que ver con el amor. Más tiene que ver el cerebro y el sistema endocrino.-
-Manera de matar el momento.-
-Pero piensa un poco, me amas porque sabes que me amas. Lo que sientes, pulso acelerado, nerviosismo, excitación, son todas respuestas creadas por el cerebro. Una colección de impulsos nerviosos que recorren tu cuerpo, y sumado al efecto de mis feromonas en ti y una que otra hormona, más la liberación de una ligera dosis de adrenalina, hacen que te sientas enamorado.-
-Bueno, te amo con todo mi cerebro entonces. Con ambos hemisferios y cada lóbulo. Con cada neurona que tengo, te amo.-
-¿También las dendritas?-
-Cada átomo que las compone.-
-El corazón, si lo piensas, es no tiene nada que ver con el amor.-
-Pero se acelera cada vez que te veo. Tu voz lo hace trotar. Tu tacto, correr, y tu ausencia lo deja herido y sin ganas de palpitar. Lo deja sin ritmo.-
-Eso suena grave.-
-Es grave porque te amo.-
-Es grave porque suena a que tienes arritmia.-
-Idiota.-
-Tu corazón sólo se encarga de bombear sangre de a tus otros órganos. Y esa es la culpable de que te sonrojes cada vez que te digo lo lindo que te ves con el pelo desordenado al despertar. También es la culpable de que si bajo un poco mi mano, por acá…-
-Deja eso.-
-¿Ves a lo que me refiero?-
-Si no puedo decirte que te amo ¿Qué hago?-
-Puedes decirlo, pero son palabras. Demuestra que me amas.-
-No sé cómo hacer eso.-
-¿No sabes?-
-No.-
-Qué pena.-
-Tú tampoco sabes.-
-Obvio que sí. Mira ¿ves esta cicatriz? Ese fue el primer intento. Un tanto cliché, pero bueno, tenía 15 y escuchaba demasiado a My Chemical Romance. Algo de culpa tiene Poe en todo esto, pero bueno, no funcionó. Me encontró mi nana y ahora tengo este memento. La segunda vez fue poco antes de conocerte. Pastillas y whisky. Un poco más glamoroso. Estaba pasando por mi fase de Marilyn. Diva total. Pero no pude hacerlo. Mira toca acá. Este es mi cuello, y aquí está mi faringe. La sola idea de pasar esa cantidad de pequeños colores por acá hizo que mi piel se volviera dos tallas más pequeñas. Me terminé tomando la botella sola.-
-Pero eso no demuestra nada.-
-Porque todavía no llego a mi punto, impaciente.-
-Bueno, sigue.-
-Ahora te tengo a ti, en varias partes. Acá, detrás de mis ojos. En mi sien y bajo cada poro. En mi mente, siempre en mi mente. Eres mi primer pensamiento al despertar y el último al dormir. Ahora puedo ver esta estúpida cicatriz y pensar en lo absurdo de la idea. ¿Cómo voy a querer dejarte? Ahora esta cicatriz me recuerda del tiempo que nos guarda Saturno.-
-Te amo.-
-Yo igual. Y si vas a ser la muerte de mí, así es como me quiero ir.-

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